En lo relativo a la iniciativa empresarial de los americanos retornados, el número de negocios y empresas: bancas, saltos de luz, transportes de pasajeros y mercancías, cines, fábricas de conservas, serrerías, hostelería y comercio al por mayor y menor, es impresionante y está repartido por toda la comarca de la Mariña, beneficiando con tal distribución el desarrollo armónico de la economía. Dejando aparte el impulso dado a la educación las numerosas obras de beneficencia, todas las actividades culturales con mayúscula: ateneos, bibliotecas o agrupaciones musicales, recibieron el apoyo de ricos donantes individuales o grupos de emigrantes humildes. Y lo mismo ocurrió con la cultura popular.